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POR HUGO SALVATIERRA
Los bonos verdes despertaron el interés de las empresas privadas que operan en Centroamérica, las cuales, en cinco años, emitieron más de 800 millones de dólares (mdd) en estos instrumentos de deuda utilizados para financiar proyectos responsables con el medioambiente.
Hay que tomar en cuenta que las energías limpias van en ascenso en el Istmo: en 2016 aportaban el 66.6% de la electricidad, cifra que alcanzó el 73.6% en 2019, de acuerdo con el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA).
La primera empresa privada en sacar un bono verde fue Ecosolutions. Esta consultora especializada en eficiencia energética realizó una emisión de 3.5 millones de dólares (mdd) en la Bolsa Nacional de Valores (BNV) de Costa Rica, en agosto de 2019.
Le siguió Corporación Interamericana para el Financiamiento de Infraestructura (CIFI). En septiembre de 2019, colocó en el mercado panameño 27 de 200 mdd anunciados para proyectos relacionados con residuos, aguas y energías limpias.
Más recientemente, en abril del año pasado, la guatemalteca CMI emitió 700 mdd en el mercado de Luxemburgo, en lo que representó la operación más grande de Centroamérica y el Caribe en su tipo. El bono está relacionado con proyectos de energías verdes.
Finalmente, en mayo de 2021, Banco Popular y de Desarrollo Comunal (Costa Rica) colocó 80.7 mdd en la BNV para proyectos de energías renovables y gestión de agua.
Como podemos ver, el potencial de Centroamérica es evidente, así que esperemos ver más bonos verdes en los próximos años.
*Columna Póker latinoamericano, publicada en AM Querétaro