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POR HUGO SALVATIERRA
La inteligencia artificial en América Latina comienza a dibujar un futuro que promete innovación y productividad, aunque al mismo tiempo desata miedos ante la pérdida de empleos. La realidad es que el mundo ya tomó ese rumbo, pero la región avanza lento.
No obstante, el año pasado el mercado de esta tecnología alcanzó un valor de 2,900 millones de dólares en la región y se espera que llegue a 13,300 millones en 2028, como indica IMARC Group.
Sin embargo, los países de América Latina distan de estar entre los más avanzados en sus niveles de inversión, innovación e implementación de inteligencia artificial. De hecho, en el Índice Global de IA 2023, elaborado por Tortoise Media, todos están entre el segundo y el tercer tercio de las 62 naciones evaluadas: Brasil es lugar 35, Chile el 41, Colombia el 48, Argentina el 49, México el 51 y Uruguay el 53.
Y aquí está buena parte del trabajo que la región debe hacer, pues únicamente Brasil, Chile y Perú tienen una regulación específica relacionada con esta tecnología. A esto hay que agregar la poca inversión que los gobierno han ejercido en la materia.
La lista de temas por atender es grande, pues también hay que resolver la falta de infraestructura y la brecha digital, la creación de códigos de ética para las organizaciones y el desarrollo de talento para incursionar en una economía marcada por la inteligencia artificial, entre otros factores.
Así que es mejor actuar antes de quedar más rezagados en comparación con los países desarrollados.
*Columna Póker latinoamericano, publicada en AM Querétaro