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POR HUGO SALVATIERRA
¿Los insectos serán el alimento del futuro? Pues en América Latina esto ya es una realidad, sobre todo en países como México, Colombia, Brasil y Venezuela, donde diversas comunidades y empresas ya están capitalizando los beneficios de este incipiente mercado. Sin embargo, todavía falta mucho por hacer.
De hecho, la región es el segundo jugador de esta actividad económica, a la que contribuyó con el 22.68% de los 406.5 millones de dólares (mdd) en ventas que generó a nivel global en 2018. De acuerdo con Statista, en ese año Asia-Pacífico aportó el 42.78%, Europa el 20.20%, Norteamérica el 10.85% y Medio Oriente y África el 3.49%.
Como consecuencia, es necesario que los países de América Latina instrumenten políticas públicas que permitan a comunidades y empresas consolidarse en este mercado, sobre todo si vemos que pasará de 2,800 mdd en 2021 a 17,600 mdd en 2032, como estima la consultora antes mencionada.
Por lo tanto, será necesario que gobiernos y privados encuentren los mejores métodos de reproducción, desarrollen cadenas de valor, creen marcos jurídicos y normas e impulsen el consumo interno y la exportación.
Además, es preciso que lleven a cabo investigación de marketing y científica para encontrar las presentaciones más atractivas, como polvos, pues muchas personas no pueden ni imaginar comer un insecto.
De lo contrario, la región dejará pasar la oportunidad de generar ingresos con la producción de grillos, hormigas, larvas y demás especies típicas de sus diferentes territorios.
*Columna Póker latinoamericano, publicada en AM Querétaro