Foto: tomada de Twitter / @TransMilenio
Los buses eléctricos han tenido un crecimiento exponencial en el transporte público de América Latina. Colombia, Chile y México van a la cabeza, con 1,589 unidades, 1,223 y 556, respectivamente. No obstante, todavía hace falta incentivar políticas públicas que aumenten su uso.
En 2017 había 725 vehículos de este tipo en la región, cifra que casi se duplicó en 2020, al alcanzar los 1,959. Tres años después nuevamente hubo un gran salto, pues se llegó a 4,133 en febrero de 2023, de acuerdo con e-Bus Radar.
Desde hace algunas décadas, Colombia se convirtió en un referente del urbanismo en América Latina. En un hito, en abril de 2022 Bogotá añadió 406 buses eléctricos a su Sistema Integrado de Transporte Público, con lo que se convirtió en la ciudad con más vehículos eléctricos del mundo fuera de China.
Por otro lado, mediante más de 1,000 vehículos de batería, Chile está evitando la emisión de 218,000 toneladas de dióxido de carbono. Y para ir más allá, está previsto que en los próximos meses habrá un total de 2,000 unidades circulando.
Finalmente, el año pasado Ciudad de México renovó su vieja flota de trolebuses al añadir 100 unidades nuevas, además de que hace un par de meses comenzó a operar una línea de Metrobús (transporte confinado) 100% eléctrica.
Evidentemente la región está avanzando, pero todavía falta mucho camino por recorrer, en el que se deberán resolver problemas relacionados con financiamiento, incentivos fiscales, fabricación local o el acceso a centros de recarga.
*Columna Póker latinoamericano, publicada en AM Querétaro